Levante: la reinvención de Maserati
El primero de diciembre de 1914, en la ciudad
de Bolonia, Italia; Alfieri Maserati ignauguraba su fábrica
de automóviles, sentando así las bases fundacionales para la concreción de su tan ansiado sueño: crear sus propios autos.
Pasados los primeros años, la historia de la marca se siguió escribiendo y de manera cada vez más exitosa, logrando inclusive la consideración y la fama mundial dentro del deporte motor gracias a las recordadas consagraciones del excelso piloto argentino Juan Manuel Fangio en los
campeonatos mundiales de Fórmula 1 de 1953 y 1957.
Pero este artículo no va
enfocado en el costado deportivo de la marca, ni mucho menos en los días “oscuros”,
de crisis económicas que llevaron a que la industria pasara por distintos
dueños tales como reconocida la terminal francesa Citroën o el coterráneo
nuestro Alejandro De Tomasso.
Acá vamos a tocar un
tema más presente. Un tema de un presente que cuenta en sus espaldas, aunque no
lo parezca, con una gran connotación histórica: el Maserati Levante.
Esta historia se
remonta a 2011, precisamente al Salón Internacional de Frankfurt, lugar elegido
para que se presentara ante el público aquel concept car de Sport Utility
Vehicule (SUV) de la marca del tridente, que captaría la atención de más de una
persona. El principal motivo de este exaltante llamado de atención de las masas
era simple: Maserati se metía con el Levante como un participante más en esta
moda que estaba cautivando a los mercados mundiales: los SUV. Tres años más
tarde, este concept sería un modelo de producción; este sueño italiano sería
realidad.
Influenciados por la
historia de marca el nuevo modelo tendría un nombre de viento, tradición que
había sido iniciada con el Mistral a principios de los ‘60. El viento de
Levante, aquel procedente del este en el litoral mediterráneo de España, y en
general en todo el mediterráneo de occidente, aquel que nace en el Mediterráneo
central y en las proximidades de las
Islas Baleares y alcanza su mayor velocidad al atravesar el estrecho de
Gibraltar; sería el elegido para este ambicioso proyecto.
“El SUV Levante encarna el espíritu de resistencia, intrépido y
progresivo de Maserati, y es parte de una historia que se remonta a más de 100
años. Maserati tiene tradición de nombrar a sus coches con los nombres de los
vientos más famosos del mundo. Esto comenzó en 1963 con el legendario Mistral.
Después vinieron el Ghibli, el Bora y el Khamsin. Y ahora el Levante se une al
hall de la fama de Maserati.”
Con estas hermosas – y
un tanto marketineras – palabras, la marca promociona en su sitio web oficial
el producto, dejando bien en claro que el Levante, por ser distinto a todo lo
conocido de Maserati tiene más que merecido el puesto en la hall de fama de la
firma, pero tiene todavía el gran desafío de quedar entre los puestos de gloria
de la historia automotriz. Esta batalla no será cosa fácil, ya que en la vereda
de enfrente encontramos millones de competidores que “siguiendo a la moda”
entraron en el juego, tal es el caso de marcas como Porsche (con sus Macan y
Cayenne), Audi (con su serie Q), y hasta incluso Lamborghini y Rolls-Royce (con
Urus y Cullinam respectivamente) que buscan todos el mismo objetivo:
convertirse en verdaderos modelos históricos, no por lo que son, sino por la
elección de los consumidores.
Las bases y condiciones
de esta competencia ya están establecidas, los eléctricos y los autónomos
todavía son el futuro, la moda y batalla que reinará en las próximas décadas.
Hoy el presente está en los SUVs y queda en la crítica, y por sobre todo en el
veredicto del público, establecer cuáles serán aquellas “camionetitas” que
predominarán en las calles y serán las recordadas en la posteridad.
Nota: Julián Ruin - Fotos: Auto Spot Mendoza
Nota: Julián Ruin - Fotos: Auto Spot Mendoza
Comentarios
Publicar un comentario